La fotografía materializa lo visible y es precisamente en ese punto que se abre el abanico posible de los tan diversos modos de ver y al mismo tiempo de ser vistos. La fotografía hace visible la visión. La decisión fotográfica es un acto de decisión voluntaria, elegimos ver, miramos y somos mirados. La imagen promueve un relato en un animado intento de resolver una pregunta que permanece como motor de búsqueda para la realización misma. Las fotos entonces, son textos que se dejan leer, en ella aparecen quien mira y quienes son mirados. Este cruce, este ida y vuelta, es el que genera un testimonio. En consecuencia, la imagen atestigua y se vuelve mediadora entre el espectador y la realidad. Las imágenes en forma de fotografía recrean la mirada de alguien, sobre alguien para alguien. En este punto las fotografías construyen una textualidad, discursos particulares llenos de significado